Este ideograma representa al Rey o al Emperador. Se compone por tres trazos horizontales y uno vertical.
Los tres trazos horizontales corresponden en orden descendente al Cielo, Hombre, Tierra, y la línea vertical que los atraviesa es la vía del Emperador, que comunica estos tres mundos.
El Emperador está conectado con el Cielo. Los pensamientos del Emperador están inspirados en el Cielo. El Emperador es Hombre en esencia, y como tal siente las emociones. El Emperador habita en la Tierra. Como todo Hombre se encuentra entre el Cielo y la Tierra.
El trazo vertical que corta a los tres horizontales por igual nos da un sentido de equilibrio entre los tres mundos. El Emperador comunica e integra los tres.
El trazo superior corresponde al Cielo y al Pensamiento
El trazo medio corresponde al Hombre y al Sentimiento El trazo inferior corresponde a la Tierra y a la Acción
Curiosamente podemos encontrar una cierta correspondencia en lo que en metafísica sería el cuerpo mental, cuerpo astral y cuerpo físico.
Así pues el Emperador Piensa en sintonía con el Cielo, que lo comunica con el Sentimiento y lo convierte en Acción. Dicho de otro modo: “El Emperador Piensa que tiene que hacer algo, Siente que tiene que hacer algo y lo hace en perfecta armonía”. Los tres niveles se mueven en la misma dirección. Así el Emperador piensa, siente y actúa sin conflictos que atenten contra su salud. Es el arquetipo del equilibrio en los tres niveles.
Aquel hombre que Piensa, siente y actúa en armonía no enferma por este motivo.
Aquel hombre que Piensa y Siente una cosa, pero actúa otra, o Piensa una y Siente otra, etc. bloqueara cualquiera de los tres niveles e irremediablemente acabará enfermando
Este equilibrio es indiferente a la esencia ética de lo pensado, sentido y/o actuado.
Un hombre mezquino puede pensar en robar a un vecino, desear robar y ejecutar el hurto en perfecto equilibrio, puesto que sus tres niveles se encuentran en sintonía. Un hombre que piensa que tiene que matar, siente el deseo de matar y lo hace, no generará remordimientos. Sin embargo un hombre que piensa que necesita continuar con un trabajo pero, siente que le desagrada el trabajo y desearía abandonarlo, sea cual sea su decisión se enfrenta a un desequilibrio que de perdurar afectará a su salud.
Evidentemente nosotros no somos como el emperador, y nuestro intelecto y emoción difícilmente irán siempre de la mano, mucho menos la acción. No obstante tenemos dos potentísimas herramientas que nos ayudaran a que converjan en la misma dirección. La razón y la meditación.
Tras el razonamiento y/o la meditación debe acompañar siempre la acción. Ante un problema puedes decidir pensar o no pensar sobre el (en el sentido de análisis en busca de una solución), pero si has decidido pensar, entonces decide y actúa. Esta es una de las fases de mayor estancamiento psicoemocional, la indecisión. Nuestra energía celestial debe integrarse en los niveles hasta llegar a la acción.
Hagamos todo lo posible para realinear nuestro pensamiento, sentimiento y acciones. Seguro que lo agradeceremos ¿Y tú? ¿Estás en equilibrio como Wáng?
Hola Paco que interesante , Contigo aprenderé muchos muchas gracias ,y agradezco al universo por encontrarte
Gracias por tu amable comentario. Un saludo de todo el equipo de ISEA
Me parece un ideograma que habría siempre que recordar, cómo un mantra! Razono, siento, actúo .
Lo pondré en práctica, estoy segura que me ayudará en tener más equilibrio cómo Wáng